Turquía e Israel viven este lunes su enésima polémica con motivo de la guerra en Gaza. Dos futbolistas israelíes, Sagiv Jehezkel y Eden Karzev, han sido detenidos brevemente por sus mensajes públicos en solidaridad con los rehenes en Gaza. El primero exhibió el mensaje en el terreno de juego tras marcar un gol. Su club, Antalyaspor, lo ha expulsado. Ya está de vuelta en Israel, donde ha sido recibido como un héroe. A Karzev, su equipo (Başakşehir) le ha abierto expediente disciplinario por compartir en redes sociales una publicación con el mensaje: “100 días, traedlos de vuelta a casa ya”, en referencia a los 136 secuestrados en el ataque del 7 de octubre que siguen en la Franja. La Federación Turca de Fútbol ha enviado sus expedientes al comité de disciplina deportiva, que podría revocar su licencia y prohibir así que vuelvan a jugar en el país.
La polémica comenzó en la mañana de este lunes, cuando la Fiscalía inició una investigación contra Jehezkel por mostrar en el terreno de juego un mensaje con la frase: “100 días. 7/10″ (por el 7 de octubre, fecha del ataque de Hamás), acompañado de una estrella de David, el símbolo judío presente en la bandera nacional. En Turquía se interpretó como una referencia al inicio de los bombardeos de Gaza y se le acusa de “incitación al odio”, un delito que puede acarrear entre seis meses y tres años de prisión, según el código penal. El jugador, en cambio, aseguró que era solo un mensaje en solidaridad con los rehenes, como se interpretó en general en Israel.
Los hechos ocurrieron en el partido entre el Antalyaspor y el Trabzonspor de la Superliga, la máxima categoría del fútbol turco, el domingo. En el minuto 68 de juego, Jehezkel marcó el gol que empató el encuentro y, para celebrarlo, se dirigió a una cámara de televisión ante la que mostró el mensaje en inglés, escrito a rotulador en la venda que envolvía su muñeca.
El gesto fue considerado como una provocación en Turquía, país en el que son constantes las muestras de solidaridad con Palestina y las críticas a Israel por sus ataques contra Gaza, que han matado a unos 24.000 palestinos, la mayoría civiles. El ministro de Justicia, Yilmaz Tunç, anunció en la red X, anteriormente conocida como Twitter, que la Fiscalía de la ciudad de Antalya ha iniciado una “investigación judicial” contra el “feo gesto en apoyo de las masacres que está cometiendo Israel en Gaza”.
El jugador fue detenido por la policía tras finalizar el partido y, tras pasar la noche en dependencias policiales, a mediodía de este lunes fue puesto a disposición judicial. En su testimonio, filtrado a la prensa turca, el futbolista defendió que el mensaje estaba dirigido a la defensa de los secuestrados en el ataque de Hamás del 7 de octubre, que dejó unos 1.200 muertos: “Yo no quise provocar ni enfadar a nadie. No soy una persona que defienda la guerra […]. Soy una persona que quiere que termine lo que está sucediendo desde hace 100 días, quiero que esta guerra termine. Por eso mostré lo que mostré. Soy alguien que nunca ha estado implicado en política, y desde que llegue aquí [a Turquía] no he hecho nada relacionado con la política y nunca le he faltado el respeto a nadie”.
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La Fiscalía decidió dejarlo en libertad sin medidas cautelares a la espera de que se concluya la instrucción y se inicie el juicio. La dirección del Antalyaspor anunció que ha expulsado a Jehezkel de la plantilla por su acción “contraria a los valores nacionales” y que procederá a rescindir su contrato. El pasado 21 de octubre, Jehezkel se negó a participar en un minuto de silencio por las víctimas de los bombardeos israelíes en Gaza anterior al partido que su equipo disputó como visitante contra el Gaziantepspor. Por ello fue sancionado por su equipo con un partido sin jugar.
Tras el último incidente, la Federación de Fútbol de Turquía ha dicho que se tomarán “las medidas necesarias” por esta forma de actuar, que “perturba el honor de la humanidad y la conciencia de la sociedad turca”, y se mantiene en contacto con el equipo, la UEFA y la FIFA por si hubiera violado las normas de comportamiento en los estadios.
El futbolista aterrizó en la tarde de este lunes en Israel, donde fue recibido por decenas de seguidores, que le cubrieron la espalda con una bandera nacional mientras coreaban: “Eres un héroe”. “No hay nada como el Estado de Israel”, declaró Jehezkel a la prensa en el aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, abrumado por el recibimiento.
El segundo jugador, Karzev, fue detenido por la tarde por agentes de policía y llevado a la Dirección de Seguridad de Estambul, donde se le tomó declaración, según informó la agencia de noticias DHA. Juega en el Başakşehir, un club muy vinculado al partido islamista que gobierna Turquía. Fue puesto en libertad, pero continúa la investigación por haber compartido en sus redes sociales una publicación de la Federación Sionista de Australia con el mensaje: “100 días, traedlos de vuelta a casa ya”, en referencia a los secuestrados. La peña de seguidores del equipo 1453 (en referencia al año de conquista turca de Constantinopla) publicó en X un mensaje contra el jugador: “No queremos en nuestro barrio a un defensor del sionismo que ignora la sensibilidad y los valores de nuestro país”.
Indignación en Israel
En Israel, el incidente ha causado indignación. El más duro ha sido el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, al llamar al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, “nazi con todas las letras”. “Exhorto a los israelíes a no volar a Turquía [un popular destino turístico hasta la guerra], no comprar productos turcos y no ganarse allí la vida”, ha señalado en un comunicado difundido en su canal de la red Telegram. El titular de Defensa, Yoav Gallant, ha acusado al país de actuar como “brazo ejecutivo” del movimiento islamista, y le ha echado en cara que le ofreció ayuda hace casi un año con el terremoto que también afectó a Siria y en el que murieron cerca de 60.000 personas.
La diplomacia israelí se movilizó para gestionar el regreso del futbolista este mismo lunes. Solo cuando estaba cerrado, emitió un comunicado en el que el nuevo ministro de Exteriores, Israel Katz, tilda a Turquía de “dictadura oscura” y pide a la comunidad internacional y a los organismos deportivos que castiguen el incidente.
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