Dianne Feinstein ha muerto a los 90 años de edad en medio de una polémica que ha eclipsado los logros de su dilatada carrera política. Desde hace ya una década su avanzada edad era motivo de preocupación dentro y fuera del Capitolio, donde servía como senadora por California. Sólo recientemente, en febrero, cuando comenzó a quedarse en blanco en comisiones y plenos o cuando repetía las mismas frases una y otra vez, se vio obligada a anunciar que renunciaba a presentarse a la reelección el año que viene.
Ahora, tras fallecer en el cargo este jueves, el gobernador de California, Gavin Newsom, elegirá a un sustituto provisional y el escaño se someterá a votación en noviembre de 2024. Los demócratas mantienen en el Senado una mayoría mínima de 50 votos más el voto del desempate de la vicepresidenta, Kamala Harris, frente a los 50 republicanos. Hasta que Newsom elija a un sustituto, el Senado está en situación de empate y por lo tanto susceptible de quedar en bloqueo.
Feinstein era la senadora de edad más avanzada en el Capitolio. Comenzó en la política local de San Francisco en 1969, como miembro del gobierno local. Fue ella quien en 1978 encontró el cuerpo sin vida del activista gay Harvey Milk después de que este muriera asesinado a tiros en el ayuntamiento junto al alcalde George Moscone. Feinstein tomó el relevo y se convirtió en la primera alcaldesa mujer de San Francisco. Durante su mandato, esa ciudad se convirtió en un epicentro de la epidemia de sida, según varios expertos agravada por la resistencia de la alcaldesa y el gobierno local a clausurar saunas y otros establecimientos que permitían el sexo en grupo y sin protección. En 1990, Feinstein perdió las elecciones a gobernador de California.
Dos años después se convirtió en senadora en unas elecciones especiales por la dimisión del republicano que le ganó las elecciones a gobernador. Fue reelegida como senadora en cinco ocasiones. Cada senador es elegido por seis años. En la última elección, en 2018, no contó con el apoyo del Partido Demócrata en su estado, que ya la consideraba demasiado mayor. Aun así, se impuso en las votaciones y ganó las elecciones con un 54% de los votos.
En el Senado, fue considerada una centrista. Dentro de la ortodoxia demócrata, sus asuntos prioritarios fueron el control medioambiental, las facilidades para abortar y la restricción de la tenencia de armas. También solía tender puentes y negociar con republicanos asuntos fiscales y de presupuesto. En 2002 votó a favor de la guerra de Irak tal y como la proponía la Casa Blanca, igual que Joe Biden.
El hoy presidente despidió a Feinstein como «una verdadera pionera». «Su legado mejorará nuestro país durante décadas», añadió en un comunicado.
Biden sirvió en el Senado entre 1973 y 2009, y colaboró codo con codo con Feinstein. En esa Cámara, la difunta senadora presidió la comisión de Inteligencia, la primera mujer en hacerlo. Bajo su mandato, fue el Senado el que en la década de 2010 descubrió las técnicas de tortura de la CIA en la llamada guerra contra el terrorismo. La actriz Anette Benning interpretó a la senadora en una película de 2019 al respecto, titulada «The Report».
Tras las últimas elecciones, su salud física y cognitiva se deterioró. Se quedaba en blanco, parecía olvidar las caras y nombres de aquellos con quienes se reunía, se repetía en los discursos y daba la impresión de estar permanentemente confundida. Dimitió de los cargos de responsabilidad más allá de ocupar el escaño en el pleno y las comisiones correspondientes, y renunció a ser presidenta pro-tempore de esa Cámara, un puesto honorario que suele recaer sobre un senador experimentado y veterano.