La UE ante la imparable amplicacin: reforma total o muerte por atrofia

La UE ante la imparable amplicacin: reforma total o muerte por atrofia

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  • Guerra La UE ve nubarrones negros para Ucrania este invierno

La invasin rusa de Ucrania ha cambiado Europa como ningn otro acontecimiento desde el fin de la Guerra Fra. Al derribo del muro, la implosin de la URSS y la desaparicin del Teln de Acero la Unin Europea respondi ofreciendo la adhesin a la gran mayora de los vecinos del Este, que una dcada despus entraran como miembros de pleno derecho. En aquel momento, ninguno estaba remotamente preparado. No se daban las condiciones polticas, econmicas y sociales. No eran economas de mercado, no eran democracias funcionales, no tenan las instituciones necesarias y exista el temor a que Mosc pudiera reaccionar agresivamente, pero se apost. Ahora, y a pesar de los muchos errores que se cometieron en aquel proceso, la sensacin en Bruselas, creciente y probablemente imparable, es que el rdago geopoltico de Putin exige una respuesta muy similar. No ser fcil, no ser cmodo, y exigir una transformacin salvaje, tanto por parte de los aspirantes como sobre todo por parte de la Unin. Pero no parece haber alternativa.

A las puertas llaman Albania, Bosnia Herzegovina, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia, adems de Moldavia, Georgia, y sobre todo Ucrania. Es difcil encontrar adjetivos para describir apropiadamente el sesmo institucional y el giro poltico provocado por la invasin rusa. La UE haba cerrado a cal y canto las puertas de la ampliacin. Llevaba lustros tendiendo amablemente una mano a sus vecinos mientras la otra reforzaba los candados. Lo que se vivi en 2004 fue histrico, pero tambin, pensaban cada vez ms capitales, un error. La razn principal, pero no la nica, eran las fricciones y choques con Hungra y Polonia y la batalla por el Estado de Derecho o la solidaridad migratoria. El consenso era que no habra ms miembros como mnimo en una generacin, e incluso entonces sera dificilsimo. Hasta que cayeron las bombas.

«Todas las preocupaciones no se han ido, no han desaparecido, pero las dudas se han visto sobrepasadas por la guerra. El imperativo poltico es tan fuerte que todo lo dems queda relegado. Las fuerzas empujando son ms fuertes que las fuerzas que tiran», explica Hans Kribbe, uno de los fundadores del Brussels Institute for Geopolitics. «La UE que conocamos ya no existe. No hay margen para grises. O Ucrania es arrastrada, engullida por Rusia, o se une a la UE. No hay opcin intermedia ya», apunta.

El debate est sobre la mesa desde que Georgia, Moldavia y Ucrania pidieron oficialmente su entrada. Los 27 han tenido que moverse como nunca antes, y lo que a sus socios de los Balcanes les cost aos conseguir (la concesin del estatus de candidato), los vecinos de Rusia lo lograron en semanas. En diciembre, la Comisin Europea har pblica su primera evaluacin, un paso necesario para ver si se pueden empezar formalmente las negociaciones. Va muy deprisa, seguramente demasiado. «La razn poltica prima sobre las cuestiones tcnicas, jurdicas. El smbolo es claro, pero no hacerlo bien ahora supone enormes dolores de cabeza en una dcada», advierten varias fuentes comunitarias implicadas en el proceso y desbordadas por el entusiasmo que llega de arriba.

Si empezaran formalmente las negociaciones, esa fase debera tambin durar aos, pero la presin est rompiendo moldes y precedentes. Hasta este verano, Bruselas trataba de no mojarse demasiado. Deca, una y otra vez, que «Ucrania es parte de Europa y pertenece a la Unin», pero evitando plazos, fechas, promesas concretas. A finales de agosto, sin embargo, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (en perpetua competicin con Ursula von der Leyen por la atencin y el cartel de ser el amigo ms fiel de Kiev), se lanz: «La ampliacin ya no es un sueo. Es hora de avanzar. Ser difcil y a veces doloroso tanto para los futuros estados miembros y para la UE, pero para ser crebles creo que debemos hablar de tiempos y deberes. Debemos estar preparados para ampliar la UE de aqu a 2030. Es ambicioso, pero necesario y demuestra que hablamos en serio, lo que dar un impulso transformador». Coincidi el alto representante Josep Borrell, en Toledo, al da siguiente, rememorando sus tiempos de estudiante y diciendo que todos saben que es muy difcil prepararse si nadie pone fecha para los exmenes.

Hay enormes problemas por delante, pero el ms importante para la UE no es externo, sino interno. Incorporar nuevos miembros es siempre un desafo, pero si hay una cosa que pone de acuerdo absolutamente a todo el mundo en Bruselas, de diplomticos a polticos y de funcionarios a acadmicos es que la UE no puede crecer sin poner en marcha antes una transformacin interna drstica. De lo contrario, la muerte por atrofia, anquilosamiento, sera inevitable. Ahora mismo, a 27, es lenta, le cuesta tomar decisiones, activar mecanismos, cumplir lo aprobado. Si fuera a 30, 33 o 36 miembros sera completamente inviable.

Tendra que cambiar de arriba abajo su Presupuesto (ahora se llama Marco Financiero Plurianual y se hace por bloques de siete aos), todava muy centrado en la Poltica Agrcola y los fondos de Cohesin. Tendra que repensar el tamao, composicin y poderes del Parlamento Europeo. Debera decidir si fusiona las presidencias de la Comisin y del Consejo. Tendra que decidir de una vez por todas si reforma los tratados. Y especialmente, tendra que prescindir en todo lo que sea posible de la aprobacin por unanimidad y pasar a la mayora cualificada, o el bloqueo sera permanente y letal.

«La verdadera cuestin es si la Unin Europea podra encontrar la manera de ampliarse manteniendo intacto el proyecto de integracin. A nivel retrico, todos sabemos que la apertura hacia el este es una necesidad. Sin embargo, en la prctica, esto significa para los Estados miembros perder fondos, influencia y puestos en las instituciones. Para Espaa, por ejemplo, significa convertirse en un pas an ms perifrico geogrficamente. Para m, hay tres grandes retos: El primero es hacer todas las reformas sin cambiar los Tratados. En segundo lugar, encontrar una forma creativa de convencer a los Estados miembros de que ganarn ms de lo que perdern en el proceso. Por ltimo, y no menos importante, est la cuestin del Estado de Derecho y la democracia, pues todos los candidatos tienen carencias en estos mbitos», apunta Ilke Toygr, nueva directora del Centro de Innovacin en Poltica y Economa Global de IE University.

Aunque es tremendamente complejo, algo parecido se hizo precisamente para preparar la ampliacin anterior y una vez se complet. Entonces hubo una serie de cambios en los Tratados, as como con reformas presupuestarias y polticas. El problema es que ahora mismo no hay ningn apetito por tocar los textos fundamentales. Gran parte de lo necesario se podra hacer sin ello, pero arroja dudas. El Tratado de Lisboa contempla la posibilidad de reducir el nmero de Comisarios hasta dos tercios del nmero de miembros, y tiene las llamadas «clusulas pasarela», que permiten en algunos mbitos el paso de la unanimidad a la mayora cualificada. Pero eso transmite la sensacin de improvisacin y parches y falta de voluntad.

«La prioridad es garantizar que la UE sea capaz de definir sus estrategias, tomar decisiones y aplicarlas. El presupuesto de la UE necesitar una revisin completa. Las polticas de cohesin y agricultura tendran que ser ms especficas, para lograr un mejor equilibrio coste/eficiencia, y representar una proporcin menor de los recursos, en beneficio del apoyo a la innovacin, la competitividad y las polticas sociales. Tambin es necesario reformar el formato de siete aos del Marco Financiero para dar ms flexibilidad (pues hemos visto que los acontecimientos que no se pueden planificar tienen un impacto cada vez mayor en el presupuesto porque cada vez se toman ms medidas a nivel de la UE) y evitar regateos. Los medios financieros, incluidos los recursos propios, deben estar a la altura de las ambiciones cada vez mayores de la UE», destaca Eric Maurice, responsable en Bruselas de la Fundacin Robert Schuman.

Las cicatrices de la macroampliacin de 2004 todava se perciben. Hay una parte de nostlgicos que querran haber permanecido en el club de 12 o 15, pero incluso los partidarios de agrandar el club admiten que no se puede hacer lo mismo de nuevo. Flotan estos das multitud de ideas, teoras y posibilidades. De la Europa de las dos velocidades a la Europa de los tratados. Pero sobre todo gana peso un proceso mucho ms paulatino, caso a caso y no en bloque, y por fases.

«La visin de la ampliacin es ahora menos binaria de lo que ha sido histricamente, cuando era dentro o fuera y nada en medio. Ahora lo que estamos intentando es un proceso secuencial, que permita a los futuros miembros estar al mismo tiempo dentro y fuera», seala Kribe. La ampliacin de Schrdinger. «Hay ideas sobre la mesa de cmo hacer una Unin en crculos concntricos, con diferentes niveles de membresa. Algunos de los candidatos llevan esperando muchsimo tiempo, ms de 10 aos, as que es buena idea que pueda haber algo intermedio antes de la entrada total, como unirse al Mercado nico, por ejemplo. En Serbia hemos visto cmo se pierde el entusiasmo europeo porque se tarda mucho y te dicen que no eres lo mismo, y entonces se mira a otras opciones, como Rusia. Yo creo que los aspirantes deben ‘estar en la mesa’ tanto como se pueda.La crisis migratoria es buen ejemplo. En 2015 todos saban que los Balcanes deban estar en la mesa, y los invitaron a Bruselas o Berln. Lo que decimos algunos es que se podra y debera hacer lo mismo en cuestiones de ciberamenazas, seguridad, etc. Dejar que en algunas cuestiones sean pases observadores por lo menos, quizs no con voz al principio, luego voz o voto pero no veto, algo as. Secuenciar la entrada, en fases, permitira a los pases y poblacin sentir que son parte de algo», indica Ivan Vejvoda, miembro del Instituto de Ciencias Humanas de Viena y ex lder de la oposicin serbia.

Su propuesta es empezar con Montenegro y Moldavia (550.000 y 2,5 millones de habitantes respectivamente), que han mostrado claramente su apetito y compromiso europeo. «La UE debera aceptarlos en no ms de cinco aos, no es un gran coste econmico y el efecto ser mnimo para un bloque de 450 millones de personas. Y as, los dems, de Ucrania a Serbia, vern que se puede y habr presin a sus lderes desde la ciudadana para que hagan lo que otros han hecho porque hay resultados. Hace falta, una victoria, un ejemplo de xito», aade Vejvoda.

Aunque hace unos meses era del todo impensable e imposible, a da de hoy la ampliacin parece algo imparable. La pregunta ya no es si se har, sino cundo y cmo. Pero, es un acierto? «Cuando slo tienes un martillo, ves clavos por todas partes. Ahora mismo tenemos una guerra, un problema, y lo nico que vemos son candidatos», dice un veterano diplomtico escptico con la velocidad de los acontecimientos y la «Entendemos la lgica, las razones, la motivacin, la pica y la urgencia. Pero una chapuza no arregla una tragedia», aade.

«Creo que la ampliacin es lo correcto, pero slo, y es una gran condicin, si la UE cambia y se transforma. Es fundamental. En el marco actual intentas meter a siete pases ms, sobre todo Ucrania, supondra un enorme riesgo de que la UE pierda su capacidad de accin y decisin. Con las condiciones actuales no es una gran idea. Pero si logras reformar la Unin, creo que geopolticamente tiene mucho sentido», dice Hans Kribe. Todas las preocupaciones no se han ido, no han desaparecido, pero las dudas se ven sobrepasadas por la guerra. «El imperativo poltico es tan fuerte que todo lo dems queda relegado. Las fuerzas empujando son ms fuertes que las fuerzas que tiran, as es el equilibrio de poderes», concluye.