Hay tres difíciles metas que la sociedad ucrania sueña con alcanzar, y de estas, acceder a la Unión Europea es la más tangible. Las otras dos son formar parte de la OTAN y expulsar al invasor ruso de su país. Ser miembro de la Alianza Atlántica es prácticamente imposible mientras Rusia ocupe parte de su territorio, según explicó la semana pasada a este diario el general francés Jerôme Pellistrandi. Cada vez más voces entre los aliados de Kiev reconocen que liberar todos los territorios de Ucrania tampoco es un objetivo alcanzable. Entrar en la UE sí es, tras décadas llamando a la puerta, un ideal que puede realizarse. Sin embargo, instituciones de la sociedad civil implicadas en el proceso de adhesión piden al Gobierno que deje claro a la ciudadanía que el camino para conseguirlo durará muchos años.
Ucrania es un país que necesita con urgencia buenas noticias. También es un país que ha realizado un gran esfuerzo en reformas legales para ser aceptado como candidato a la UE, tal y como destacó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en su última visita a Kiev, el pasado sábado. Lo más remarcable y sin precedentes, dijo Von der Leyen, es que Ucrania ha dado un salto adelante mientras libra una guerra por su existencia. Pero centros ucranios de análisis político han advertido de que el Ejecutivo está jugando con fuego al reiterar a la población que en el medio plazo es posible que Ucrania sea aceptada en la UE. El primer ministro, Denis Shmihal, reiteró el pasado enero en el diario Politico que el objetivo era acceder a la UE en 2025. Su vice primera ministra para Asuntos Europeos, Olga Stefanishina, lo repitió el pasado septiembre en Voice of America: Ucrania estará lista en dos años para formar parte del club comunitario.
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, celebró este miércoles la recomendación de la Comisión Europea de iniciar el próximo año negociaciones de adhesión con Kiev. “Hoy la historia de Ucrania y de toda Europa ha dado un paso correcto”, declaró el mandatario en un discurso publicado en las redes sociales. Zelenski agregó que Ucrania “debe estar en la UE” y que “los ucranios lo merecen”, pues su ejército “protege los valores europeos” y el país ha sido capaz de “cumplir su palabra” y reformar las instituciones estatales “en plena guerra a gran escala”.
I welcome today’s recommendation by the European Commission to open EU accession negotiations with Ukraine.
This is a strong and historic step that paves the way to a stronger EU with Ukraine as its member.
I thank the EU and personally @vonderleyen for supporting Ukraine on… pic.twitter.com/7py1imxCRT
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) November 8, 2023
“No serán un par de años”
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“Tenemos que comunicar a la ciudadanía una imagen realista y no sueños”. Es la advertencia de Victoria Melnik, directora del programa de integración europea del Centro para la Reforma Política y Legal de Ucrania. Melnik y nueve expertos más participaron el último fin de semana de octubre en una conferencia organizada en Kiev sobre la preparación de los ministerios ucranios para la aplicación de las reformas para acceder a la UE. “Una cosa es reformar las leyes y otra es cómo se aplican, y para eso se requiere tiempo”, valoró el embajador de los Países Bajos, Jennes de Mol: “Las negociaciones durarán años. Debe tenerse en cuenta para evitar frustraciones. Sin duda, no serán un par de años”.
“La integración en la UE no será un camino de rosas y de fotos en Instagram, será extremadamente difícil porque habrá una gran competencia entre países”, secundó Hanna Hopko, presidenta de ANTS, la entidad de estudios políticos que organizó el debate. Aliona Getmanchuk, directora del Centro Nueva Europa, señaló el sector agrícola como el mayor ámbito de fricciones entre Estados, y recordó el actual conflicto con Polonia, Eslovaquia y Hungría, que están vetando las exportaciones de cereales y hortalizas ucranias pese a las resoluciones de la Comisión Europea que las permiten libres de aranceles.
La conclusión de todos los analistas en la jornada de ANTS fue que el poder ejecutivo ucranio está todavía verde para iniciar con garantías las negociaciones de adhesión. Y el principal problema, coincidieron, es el bajo nivel funcionarial para introducir las 28.000 normas comunitarias que de entrada deberá asumir el país. De estas regulaciones, 1.600 son de obligado cumplimiento en los primeros compases del periodo de acceso, según Ivan Nagorniak, subdirector de la Oficina del Gobierno para la Integración Europea. Nagorniak reveló que el equipo negociador todavía está en fase de selección, y que sus sherpas han recibido de momento dos meses de preparación, lo que Getmanchuk resumió como un grupo de no más de 20 personas que “dominen el idioma de Bruselas”.
“No se está avanzando demasiado y el nivel del personal en muchos ministerios es bajo. Solo cuatro ministerios [de 21] tienen direcciones para reformar el cuerpo de funcionarios según las normas de la UE”, afirmó Melnik. Getmanchuk indicó que todavía no hay un plan sobre cómo se liderarán las negociaciones. Su recomendación es que se siga el modelo polaco, que contó con dos negociadores jefe con poder de coordinación sobre todos los ministerios: “Aquí no lo hemos decidido, y corremos el riesgo de perder un año sin avances, como sucedió con Macedonia [del Norte]”.
Getmanchuk y Melnik subrayaron que es fundamental empezar desde las universidades para formar a una generación que encabece la senda hacia la UE, “gente que tenga la entrada de Ucrania en la UE como un motivo de vida”. Para ello hay que cambiar la mentalidad de la sociedad, según opina Oleksander Saienko, exministro de Reformas durante la presidencia de Petro Poroshenko: “Hay que transformar la actitud ucrania que opina que cuanto menos burocracia, mejor. Porque ahora es prioritario crear un cuerpo funcional competente y menos corrupto. Ser eficaces en esto es clave para acceder a la UE”.
En Ucrania, como en otros países de la extinta Unión Soviética, existe una alergia endémica a la intervención del Estado. Las dos principales corrientes políticas en las que se encuentran los orígenes de la UE, la socialdemocracia y la democracia cristiana, son prácticamente inexistentes en Ucrania y son sustituidas por el libertarismo y la iniciativa privada por encima del Estado. El camino hacia la UE debe ser también la construcción de un nuevo país, según Getmanchuk, en el que las reformas que se apliquen, “por muy impopulares que sean, no se vendan como una imposición de Bruselas sino porque es Ucrania la que quiere entrar en la UE”. “De lo contrario”, indica la directora de Nueva Europa, “se dará alas al populismo”.
Atraer talento del sector privado
Todo esto será posible si Ucrania de entrada es capaz de crear por lo menos un cuerpo de élite de 1.000 funcionarios para adaptarse a las exigencias de la UE, según remarcó Hlib Vishlinski, director del Centro para la Estrategia Económica: “Los mejores profesionales han abandonado los ministerios por el sector privado. La guerra lo ha agravado, porque los que continúan en el servicio público casi lo hacen como un voluntariado, reciben lo justo para sobrevivir”. Nagorniak admitió que atraer talento del sector privado será fundamental, y para ello espera poder recibir financiación comunitaria.
Las palabras de Vishlinski apuntan a uno de los ámbitos en los que Bruselas alerta que queda mucho por solucionar, la corrupción sistémica que sufre el país. Fuentes de la presidencia ucrania explicaron el 30 de octubre a la revista Time que pese a los muchos ceses aprobados por Zelenski en la administración pública por sospechas de corrupción, y pese a los esfuerzos para crear un poder judicial independiente y una Fiscalía potente, la corrupción crece: “Hay gente robando como si no hubiera mañana”. Estas fuentes que hablaron con Time lo hicieron en condición de mantenerse anónimas, pero lo mismo aseguran responsables políticos públicamente con nombre y apellidos. Danilo Hermantsev, jefe de la comisión del Parlamento ucranio sobre finanzas e impuestos, admitió el pasado febrero que las irregularidades económicas en el servicio de aduanas “no han hecho más que empeorar durante la guerra”. Mark Savchuk, consejero de la Oficina Anticorrupción ucrania, explicó el pasado agosto a EL PAÍS que el veneno de la corrupción continúa afectando a todos los estamentos, incluida la presidencia: “Tenemos un serio problema de corrupción, porque incluso en el equipo de Zelenski hay corrupción e ineptitud”.
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