Fragmentos de una granada de mano se encontraron en los cadáveres de las víctimas de la caída del avión del jefe mercenario Yevgeny Prigozhin registrada en agosto, indicó el presidente ruso Vladímir Putin.
Putin añadió que los expertos que investigaron el accidente no hallan indicios de que el avión haya sufrido un “impacto externo”. Las 10 personas a bordo, entre ellas el jefe del grupo mercenario Wagner, Prigozhin, murieron.
Si bien Putin señaló que la pesquisa sigue en curso y no dijo qué causó la caída de la aeronave, su declaración pareció insinuar que el avión fue derribado por una explosión accidental de una granada.
La rebelión abortada de Prigozhin en junio marcó el reto más serio para Putin, quien ha estado en el poder durante más de dos décadas y ha erosionado su autoridad.
Exactamente dos meses después del inicio de la rebelión, un avión que transportaba a Prigozhin y sus principales lugartenientes se estrelló el 23 de agosto cuando volaba de Moscú a San Petersburgo.
La guerra
Putin afirmó además que Rusia no tiene “interés en conquistar más territorios” porque tienen “suficientes zonas” para desarrollarse, que Rusia “no inició la llamada ‘guerra’ en Ucrania, sino que está tratando de ponerle fin”, y calificó de “irresponsables a las actuales élites occidentales en comparación con las de la Guerra Fría”.
“La crisis ucraniana no es un conflicto territorial, quisiera subrayarlo. Rusia es el país más grande del mundo en términos de territorio”, señaló Putin en una sesión plenaria del Club de Debate Valdai en Sochi.
“No tenemos ningún interés en conquistar más territorios.
Tenemos suficientes zonas para desarrollarnos, ya sea Siberia, Siberia Oriental o el Lejano Oriente”, dijo. “Esto no es un conflicto territorial y ni siquiera una cuestión de establecer un equilibrio geopolítico regional”.
“La cuestión es mucho más amplia y más fundamental”, añadió Putin. “Estamos hablando de los principios sobre los cuales se basará un nuevo orden mundial. Solo se establecerá una paz duradera cuando todos se sientan seguros”.
El presidente ruso calificó de “irresponsables a las actuales élites occidentales en comparación con las de la Guerra Fría”, y consideró el actual entorno internacional “inestable y bastante agresivo”.
“Algunos países occidentales han mostrado una arrogancia excesiva”, añadió. “La arrogancia de nuestros supuestos socios en Occidente fue simplemente exagerada. No hay otra manera de decirlo”.
Advirtió que “en el futuro la situación económica en Occidente podría cambiar”.
“Solo se establecerá una paz global duradera cuando todos se sientan seguros y sepan que se respeta su opinión”, aseguró, agregando que había propuesto que Rusia se uniera a la OTAN, pero que “la propuesta fue rechazada”.
Putin subrayó que Rusia “no inició la llamada ‘guerra’ en Ucrania, sino que está tratando de ponerle fin”.
Por otro lado, Putin autorizó formalmente la transferencia del primer envío de uranio ruso a la central nuclear de Rooppur en Bangladesh.
Bangladesh recibió su primer envío de uranio para alimentar su planta de energía nuclear, un proyecto financiado por Rusia para fortalecer la red energética del país pero complicado por las sanciones contra Moscú.
“Hoy es un día de orgullo y alegría para el pueblo de Bangladesh”, dijo la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina para confirmar la entrega.